Mariscos Apolo nace en 1963 como un ambicioso e ilusionante proyecto en el sector de la alimentación
“En Loja, el municipio más importante del Poniente Granadino, nació Congelados Apolo en 1963, como un ilusionante proyecto ideado por una joven pareja de recién casados, Apolonio Alcaide y Ana Ávila.
Una casa de Madrid que por aquella época se dedicaba a montar las primeras tiendas de congelados por España, llamada Congelados Niza, nos dió la oportunidad de empezar con este negocio. Fuimos los primeros en toda la provincia de Granada y de los primeros en Andalucía en trabajar con pescado congelado y otros alimentos.
Tras la apertura, los primeros días teníamos una gran cantidad de curiosos que querían saber qué era aquello que habían venido a llamar “los pescados tiesos”. En nuestros inicios, por el desconocimiento en torno a la comida congelada, venía mucha más gente a mirar que a comprar. Pasamos por una racha mala, como son todos los comienzos, pero los expertos nos aconsejaron que aguantásemos, que ésto era el futuro.
El pescado envasado en diferentes formatos y tipos de cortes de Mariscos Apolo, fue toda una innovación para las tiendas de congelados y alimentación
En ese momento, empezamos a trocear pescada en rodajas y a envasarla en bolsas de medio kilo; también lo hicimos con potas, raya, merluza y gamba pelada, ésta a 100 gramos. Servíamos pequeños pedidos a las tiendas, porque su red de frío se limitaba a congeladores domésticos. Nuestros medios de transporte entonces eran una moto Guzzy y un Renault 4 L. Entonces llegó el día en el que irrumpieron en el mercado los arcones de congelación, y con ellos nuestra salvación.
Así fue nuestro comienzo. Tras dos años largos de verdadera desesperación, empezamos a despegar. Registramos nuestra marca, Apolo, y toda nuestra vida la dedicamos a trabajar mucho para que nuestro negocio, que tanto queríamos y tanto esfuerzo nos costó levantar, creciera día a día.
Después de varias ampliaciones, el transcurrir de los años, la constancia del trabajo y gracias al empuje de los sobrinos, que en el año 1983 entraron a formar parte del proyecto, hoy podemos presumir de tener una gran empresa y que la marca de Mariscos y Congelados Apolo tenga reconocimiento en España y, cada día más, en otros países. Apolo, que es como yo llamaba cariñosamente a mi marido cuando nos casamos aquel año, estaría muy orgulloso”.
Ana Ávila