Cuando se habla de productos congelados, lo primero que viene a la mente es un filete de merluza o una caja de cigalas, pero la congelación de alimentos se ha desarrollado hasta perfeccionar la conservación de verduras, platos cocinados y carne congelada. No nos vamos a referir a la carne que podemos congelar tras comprar nosotros mismos en cualquier carnicería en nuestros frigoríficos domésticos, sino a carne congelada de forma profesional e industrial, con procesos que garantizan su seguridad -eso lo primero- y su calidad -que no se deshidrate, que no se queme por el frío-.
Por ejemplo, en nuestra web incluimos alitas de pollo congeladas, cuartos traseros o hamburguesas de pollo congeladas, estas últimas de la marca Simon’s, una empresa sevillana con más de 20 años de experiencia, que es extremadamente escrupulosas con la calidad de sus hamburguesas. En este caso, se pueden cocinar directamente sin descongelación previa, y son perfectas para hostelería, restauración o catering, facilitando mucho la provisión y coordinación.
De cerdo tenemos el solomillo de cerdo o la cinta de lomo congelada (Discarn), que ha sido especialmente tratada para superar el proceso de congelación y descongelación. Y a esto se añaden muchos más productos de carne congelada: ternera, pato, codorniz, albóndigas, hamburguesas mini, chuletas, jamoncitos, bistec, carrillada, pinchitos…
Todo este tipo de productos, a excepción de la que se cocina directamente congelada, se pueden consumir entre tres y cinco días después de la descongelación -aunque lo realmente recomendable es ser preparada en el mismo momento en que va a ser consumida-.
Descongelar carne congelada: nada de agua caliente
Más adelante dedicaremos un post a cómo descongelar la carne congelada, pero ante todo, recordad: Nada de descongelar en agua caliente. ¿Por qué? Porque las bacterias que permanecen en estado latente pueden multiplicarse rápidamente y elevar los riesgos -que no son demasiados dado que la vamos a cocinar, pero por si acaso- de intoxicación. Por si esto fuera poco, ese agua caliente, aunque parece mentira, afecta al producto hasta cambiarle el sabor y la textura. Hay otras formas de descongelar la carne de forma segura, que explicaremos en otra ocasión. ¡Suscríbete!