La langosta en la naturaleza
La langosta es un decadópodo, es decir, un animal de 10 patas como la cigala, el bogabante, el langostino o la gamba. Esta característica es la principal que se da en su familia y de hecho en muchos idiomas se utiliza la misma palabra para definir a muchos de estos animales. En algunos se favorece la palabra «gamba» para definirlos y en otros la de «langosta».
Entre estas dos familias que podríamos distinguir, la de las gambas y las langostas, podríamos decir que la mayor diferencia es la existencia de pinzas. La langosta se identifica por tener unas grandes pinzas. No obstante, no todas las tienen, la langosta espinosa, por ejemplo carece de ellas.
Es un animal que presenta diferencias significativas con otros miembros de la misma especie. Tres grandes especies de langosta son la langosta europea, la californiana y la del caribe.
La langosta como símbolo de lo eterno
La langosta no presenta signos de envejecimiento visibles ni pierde facultades con los años. Además de esto es capaz de regenerar sus antenas, pinzas y patas. Por si fuera poco, cuando vive en las profundidades del océano puede llegar a durar más de 100 años de vida. Es por esto que se ha creado un romanticismo alrededor del decadópodo, donde se le ve como un símbolo de lo que dura para siempre.
La langosta en el plato
Cuando uno no conoce el animal o bien no está acostumbrado a comerlo puede que no sepa bien como aprovechar toda la carne. Es muy sencillo, abajo colocaremos un vídeo donde lo explica en muy pocos pasos.
La cola es una parte de la langosta muy carnosa. Es la parte preferida por casi todos.
Para Navidad
El marisco es un plato muy típico de la época de Navidad y gracias al marisco congelado es más accesible. Hay muchas formas de cocinarla para entonces. Cocida, a la brasa, gratinada, al horno, etc. Incluso en Cataluña es costumbre tomarla con chocolate. De hecho, no es ningún disparate. Se trata de fusionar las golosinas del mar con las de la tierra.