A la plancha, cocida, al ajillo, acompañando todo tipo de arroces… No por casualidad la gamba blanca es uno de los mariscos más demandados en la gastronomía de distintos países, entre éstos España. A la variedad de recetas que posibilita, sin limitaciones por estacionalidad o época, se une el suave y exquisito sabor de su carne, de textura inconfundible.
La gamba blanca se diferencia a simple vista de la roja: el color no solo denomina ambas especies, también las delata. Y aunque comparten familia con el langostino, de mayor tamaño, su textura es más suave y jugosa.
Tres orígenes de bandera
El origen cuenta a la hora de comprar gamba blanca. Y es que determinados caladeros despuntan en el mercado mundial por su calidad extra, elevando sus productos al olimpo gastronómico, si existiera. Entre las variedades más codiciadas por el delicioso sabor ligado a su procedencia destacan tres: las gambas blancas de Huelva, Grecia y Turquía.
La gamba de blanca de Huelva es una de las más populares y aclamadas de la gastronomía española. De ahí que en su nombre se celebren ferias como las de Punta Umbría, Isla Cristina o Huelva. Su fama ha traspasado además fronteras, al igual que la de la de la gamba blanca turca, una de las más valoradas internacionalmente junto a la de Huelva y Madagascar.
Completa esta trío de ases la gamba blanca griega, más cotizada incluso que la roja. Su tono rojo claro la distingue, pero también su delicada carne de inolvidable sabor.
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El valor nutricional de las gambas
Si las gambas enamoran por su sabor, tampoco es desdeñable su importante valor nutricional. Este manjar del mar es rico en proteínas, contiene aminoácidos esenciales y no está reñido con la báscula, debido a su bajo contenido en grasas.
Sobresale, asimismo, por su aporte en yodo, beneficioso para el metabolismo, pero también para fortalecer piel, uñas y cabello, ayudando a mantener la belleza natural. Contiene, además, otros minerales como calcio y fósforo, fundamentales para los huesos, pero también sodio, magnesio, pequeñas cantidades de hierro y cinc.
La cara de la moneda tiene su cruz: ante su contenido en colesterol y purina se recomienda controlar su consumo entre personas con colesterol o ácido úrico elevados.
#SabesQue…
1. Las gambas piensan con el corazón, ya que lo tienen en la cabeza, donde también transportan los huevos.
2. Todas las gambas nacen machos y cambian de sexo a los 2-4 años de vida
3. Aunque fuera del agua las gambas pasan a un rosa claro o rojo (según la especie), en las profundidades son transparentes
4. Las gambas son lo más parecido a un ‘camaleón marino’, ya que si se les da tiempo suficiente pueden cambiar su tonalidad para camuflarse y prevenir así ataques de depredadores
5. La gamba roja ‘inverna’ cada década en el Mediterráneo occidental. Una investigación del CSIC reveló un inexplicable misterio que traía de cabeza a los mariscadores: la cíclica desaparición de la gamba roja cada diez años. Esta clase magistral de prestidigitación marina no se debe a que las gambas sean las ‘David Copperfield del mar’. El expediente X se explica por un fenómeno conocido como «cascada submarina», originado cuando la superficie del Mediterráneo se enfría en exceso, incrementándose su densidad. Al tener mayor peso, el agua fría baja a las profundidades, arrastrando consigo a las gambas de la superficie. Este líquido de menor temperatura es rico en nutrientes con lo que ayuda a las larvas de la gamba a desarrollarse, favoreciendo la renovación de la población.